Gallotia intermediaA finales del siglo XX, en 1996, cuando se creía conocer todas las especies de vertebrados que vivían en Tenerife, un equipo de naturalistas observó lagartos gigantes en los acantilados de Teno.

Se trata de un superviviente de la fauna original de Canarias, un tesoro exclusivo de nuestra naturaleza que se encuentra en peligro de extinción y que, si desaparece de Tenerife por falta de una adecuada gestión y protección, desaparecerá del planeta.

Aspecto y biología

Se trata de un reptil impresionante que puede llegar a alcanzar medio metro de longitud. Presenta un colorido vistoso y su piel está moteada con pintas amarillas, más densas en los juveniles. Otro rasgo característico es su larga cola. Los machos se diferencian de las hembras por ostentar cabezas robustas.

Es una especie omnívora. Se alimentan esencialmente de hojas y frutos que proporcionan distintas plantas características de su hábitat: el balo, la leña buena, o el espino de mar. Con la desaparición del lagarto gigante, muchas plantas perderían un aliado que les ayuda en la dispersión de sus semillas. También capturan algunos insectos y aprovechan los restos de comida y las carroñas generadas en las colonias de gaviotas. A comienzos del verano, las hembras excavan galerías de hasta medio metro de profundidad en suelos arenosos. Allí depositan en torno a media docena de huevos. Transcurridos dos meses, nacerán unos vivarachos lagartillos que deben afrontar multitud de amenazas. Los jóvenes lagartos deben tener mucho cuidado para no acabar siendo devorados por los adultos, que son muy voraces; razón por la que emprenden amplios y arriesgados desplazamientos por el territorio. Con suerte, serán adultos a los cuatros años y quizás, si han disfrutado de tranquilidad y abundante comida, vivirán más de cuarenta.

Distribución, población y hábitat

En el pasado el lagarto gigante vivía en casi toda la isla, desde la costa hasta la cumbre, apareciendo sus restos fósiles en multitud de yacimientos. Sin embargo, hoy en día ocupa menos de 0,5% de la superficie de lo que fue su distribución original. Sólo sobreviven en los acantilados marinos de dos espacios naturales protegidos de Tenerife: el Parque Rural de Teno y el Monumento Natural de la Montaña de Guaza, separados por más de 30 kilómetros de distancia. En ambas localidades los lagartos sobreviven en enclaves de escasa superficie, rodeados de amenazas.

Genéticamente, y en términos de conservación, las poblaciones de Teno y Guaza están fuertemente estructuradas y pueden considerarse como unidades de gestión independientes; presentando cualquiera de las subpoblaciones de la región de Teno una mayor variabilidad genética que la población de Guaza.

Este reptil comparte su hábitat en los acantilados con otras especies amenazadas de la fauna y flora canaria que también se refugian en ellos. Teno acoge las últimas parejas de guincho, o águila pescadora, de Tenerife. Su enorme nido, que puede superar los dos metros de altura, es visitado por los lagartos en busca de desperdicios. En los andenes vecinos crece la preciosa siempreviva de Guergues, exclusiva de Teno. En Guaza, tienen como vecino al halcón tagarote, del que no tienen nada que temer, porque es una rapaz especializada en la captura de aves. Es el ave más veloz del planeta, superando los 300 kilómetros por hora en sus picados.

Uno de los hermanos mayores de una gran familia

En Canarias residen siete especies de lagartos, que proceden por evolución de una especie antigua que llegó a Canarias desde África hace más de quince millones de años, cuando Fuerteventura y Lanzarote, las islas más antiguas del archipiélago, acababan de emerger sobre el mar. Una vez establecidos en las islas orientales, este grupo de lagartos comenzó un viaje, de muchos millones de años, que los llevó a colonizar las demás islas.

En la actualidad, en Canarias existen cuatro especies de lagartos gigantes que viven en las islas de Gran Canaria, Tenerife, La Gomera y El Hierro; aunque es probable que en acantilados inaccesibles de La Palma también sobreviva otra especie de gran tamaño, de la que sólo conocemos sus restos fósiles. Hay pocas especies de lagartos en el mundo que tengan las dimensiones de estos colosos canarios, que pueden superar el medio metro de longitud. Los lagartos gigantes de El Hierro, La Gomera y Tenerife fueron descubiertos recientemente, a finales del siglo XX, y están todos ellos en peligro de extinción. ¿Cómo se diferencian? El de Gran Canaria tiene el dorso marrón y la garganta anarajada, el de El Hierro muestra lunares amarillos en los costados, mientras que el de La Gomera presenta lunares azules en los flancos, con la garganta y parte ventral de color blanco y un dorso muy oscuro

El lagarto gigante de Tenerife comparte su hábitat con su "hermano menor" el lagarto tizón, que es muy común y está ampliamente distribuido por toda la isla, desde la costa hasta la cumbre. Aunque conviven en algunas localidades, en general el lagarto gigante sobrevive en los acantilados, por donde trepa con facilidad, mientras que el lagarto tizón prefiere el terreno menos abrupto. Este último, se hace adulto en apenas dos años, la mitad de tiempo que el gigante, y su esperanza de vida es de unos diez años.

El reto de conservar un tesoro único: Un plan para su recuperación

El lagarto gigante de Tenerife se encuentra "en peligro de extinción”. Entre los múltiples factores que pueden estar afectando a esta especie, destaca el incremento de la presión humana por nuevas construcciones en los límites de la montaña de Guaza, el aumento del uso recreativo en ambos espacios naturales protegidos y las especies exóticas invasoras. Los gatos son su mayor amenaza, no sólo los asilvestrados, también los gatos domésticos y los vagabundos; y además también son responsables de la extinción de muchas aves en la isla. Las ratas y los ratones también son una amenaza pues devoran sus huevos y atacan a los ejemplares recién nacidos. Por otro lado, el conejo se alimenta de las mismas plantas que come el lagarto. La proliferación de especies de flora invasora como el rabo de gato (Pennisetum setaceum) y la pluchea (Pluchea ovalis), compiten con las especies que representan un recurso trófico para el lagarto como el balo (Plocama pendula), siendo este último aspecto más significativo en Teno.

Con el fin de adoptar las medidas de conservación necesarias para prevenir, mitigar o anular estas amenazas, que podrían conducir a la extinción de la especie en algunas décadas, en el año 2017 se aprobó el Plan de Recuperación del Lagarto Gigante de Tenerife (Decreto 230/2017, de 20 de noviembre). El Plan establece 6 áreas críticas ( 5 en Teno y 1 en Guaza) en las que se regula un régimen de usos específico dirigido a favorecer la recuperación de las poblaciones de Gallotia intermedia.

La ejecución de este Plan corresponde al Cabildo Insular de Tenerife por tratarse de una especie exclusiva de la isla. A lo largo de estos años, la ejecución de las medidas y líneas de actuación recogidas en el plan nos permitirá afrontar la conservación de esta especie tan emblemática para la isla con un mayor conocimiento.

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