El paisaje agrario está definido generalmente por la presencia de cultivos de vegetales y la existencia limitada de asentamientos de población, normalmente, dedicados a las actividades rurales.
Los parques rurales son áreas en las que coinciden destacados valores naturales y paisajísticos con una presencia humana ligada a usos tradicionales agrícolas y ganaderos. En el caso de Tenerife, cuentan con esta calificación los macizos de Anaga con una superficie de 14.418 hectáreas y Teno, de 8.063 hectáreas, que se corresponden con las zonas más antiguas de la Isla.