Imagen de una Perdiz Moruna

Características generales

Es un ave sedentaria que ha sido introducida en Tenerife en varias ocasiones por su interés cinegético. Durante el siglo XX la especie ha estado muy cerca de la desaparición por la pérdida de hábitats y su caza excesiva. La situación actual sigue siendo crítica. Desde el año 1985 se cría en cautividad para repoblar el campo, contribuyendo de este modo a aumentar el número de ejemplares reproductores cada primavera.

Mide entre 34 y 36 centímetros y pesa entre 450 y 550 gramos. Es característico su collar pectoral de color castaño y moteado de blanco. Es un ave que prefiere correr a volar. Andando se esconde con facilidad entre las matas, y sólo levanta el vuelo cuando está acosada y percibe peligro en su refugio.

Se localiza en toda la Isla, desde los cardonales-tabaibales de la costa, hasta los retamares-codesares a 2.000 metros de altitud. También habita los terrenos cultivados, desde las parcelas de cereal, pasando por los viñedos hasta las plataneras. Subsiste en zonas con vegetación natural que han sido encerradas por la urbanización y construcción desmesurada, donde se ve protegida por la prohibición del uso de la escopeta en ellas.

Ecología

Los mejores hábitats para la especie son los terrenos que alternan en un mosaico los matorrales abiertos con los cultivos herbáceos de cereal, leguminosas, y los leñosos como el viñedo. Estos hábitats se localizan en la zona de medianías (ecotono) entre los 400 y los 1.200 metros de altitud. En esta zona se concentra la actividad humana, de la que se desprenden muchos impactos negativos que hacen desaparecer a la especie. El exceso de presión cinegética, los perros sueltos, los gatos asilvestrados, la agricultura moderna, la contaminación química y bacteriana, el tráfico rodado, los basureros descontrolados y las líneas de alambre (vallas, espalderas, etc) hacen que se pierdan muchos ejemplares.

La perdiz moruna, como la mayoría de las especies de fauna silvestre, necesita tranquilidad y calidad en su hábitat, para encontrar recursos y desarrollar su vida. La perdiz moruna tiene una dieta de semillas y pequeños frutos. También come una elevada proporción de insectos. Esta alimentación le causa graves problemas de mortalidad por envenenamientos directos con productos fitosanitarios. Las poblaciones silvestres se mantienen gracias a la aportación del Plan de Repoblación de perdiz Moruna que desarrolla el Cabildo junto con las Sociedades de Cazadores colaboradoras. En los últimos años, se ha mejorado sustancialmente este Plan mediante el aumento de la calidad de las perdices producidas, el proceso de cría y de introducción de las perdices al campo.

Organización social y reproducción

Durante el invierno la perdiz se encuentra en bandos supra-familiares. Con la llegada de la primavera estos se disgregan para dar lugar a la formación parejas. Las parejas con éxito constituyen bandos familiares. En el otoño hay reagrupaciones de individuos en los bandos invernales. El período de nidificación cambia con la altitud. En zonas bajas la puesta comienza a principios de marzo.

La fase de cría se prolonga por todo el mes de agosto en las zonas bajas y en las altas se retrasa hasta septiembre. Las perdices hacen su nido en el suelo, bajo alguna mata. Allí ponen de 10 a 15 huevos. Los pollos al nacer (perdigones) pesan entre 13 y 15 gramos. Cuando ambos progenitores se ocupan del cuidado de la prole tienen mayor probabilidad de supervivencia. Los perros descontrolados, los gatos asilvestrados y las ratas son responsables de un gran número de pérdidas de perdigones. El éxito de la reproducción depende de la calidad del hábitat de cría. Como este hábitat esta fuertemente alterado por la actividad humana y los animales asociados a ella, es realmente difícil que los pollos logren crecer.

Gestión cinegética

En Tenerife se ha constituido un sociedad de cazadores para mejorar la gestión de la perdiz moruna. Son cazadores integrados tanto en la Federación canaria, en la Federación insular como en el Consorcio para la Gestión de la Zona de Caza Controlada. Ellos y los dirigentes de las sociedades colaboradoras desarrollan con éxito el Plan de Repoblación de Perdiz Moruna. Tienen el objetivo de hacer sostenible la caza de esta especie. Trabajan mejorando los hábitats mediante la creación de parcelas de siembra, mejora y mantenimiento de bebederos naturales y artificiales, creando comederos y puntos de alimentación, controlan los depredadores antropófilos como los perros abandonados y gatos asilvestrados.

Los cazadores colaboradores participan en el seguimiento de la población de perdiz moruna mediante censo, aportando muestras biológicas y cumplimentando los sobres-ficha y con los cuadernos de caza. Se está iniciando la exportación a las otras islas del Archipiélago, de estos métodos de trabajo para mejorar la gestión cinegética en las Islas Canarias. En el futuro, para mejorar la diversidad genética de las poblaciones de perdices morunas de las distintas islas será necesario crear un programa de intercambio de ejemplares de unas a otras islas.

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